El análisis de riesgos clínicos es fundamental en un programa de calidad y seguridad del paciente. De muchas industrias hemos aprendido que el ser pro activo es mas efectivo que ser reactivo, práctica que por muchos años hemos perfeccionado en los hospitales.
Existen tres elementos fundamentales para fomentar la prevención de riesgos clínicos y mejorar la seguridad del paciente. La prevención la podemos dividir en: 1) prevención primaria, 2) prevención secundaria y 3) prevención terciaria.
1. Prevención primaria: Esta es la más recomendable, ya que se genera al momento de diseñar un nuevo proceso de atención, al diseñar o remodelar una nueva área de atención de pacientes y/o al momento de comprar un nuevo dispositivo biomédico. Aquí es cuando podemos analizar los posibles riesgos a la seguridad del paciente que el proceso, instalación o dispositivo representa y entonces generar acciones que minimicen estos riesgos. Si un proceso de atención es complejo, requerirá mayor atención en la capacitación del personal involucrado. Al adquirir un nuevo dispositivo biomédico se deberá establecer un programa de capacitación en el correcto uso y mantenimiento del equipo.
2. Prevención secundaria: Esta prevención se refiere a las medidas que se han establecido para reportar riesgos que se presentan durante la atención de un paciente, es decir, cualquier proceso de atención desde la aplicación de un medicamento o cualquier otro tipo de procesos de atención directa hasta el seguimiento de quejas o sugerencias del paciente y familiares. Es necesario que exista un proceso de reporte de riesgos clínicos claro y transparente que garantice la confidencialidad del personal que reporta el caso y que establezca las políticas de seguimiento y mejoramiento de la calidad.
3. Prevención terciaria: aunque es la menos recomendable en jerarquía aunque su estudio genera grandes mejoras en los procesos de atención. Se refiere a las políticas que deberá seguir el personal directivo hospitalario cuando se presente un daño a algún paciente relacionado del proceso de atención médica. El análisis causa raíz aporta información especialmente valiosa para la prevención terciaria. Analizar con visión de sistema que fue lo que sucedió, en donde fallaron las barreras y como se generó el daño otorga los datos de la mejora continua.
La prevención de riesgos clínicos debe ser dinámica, no es una política estricta que solamente se revise cada 3 años cuando llega una nueva certificación. Para hacer los hospitales seguros debemos partir de establecer políticas claras sobre el análisis de riesgos clínicos que generen una cultura de calidad y seguridad del paciente.
Fuente: Meditips. Publicado el 30/enero/2017
Autor: Dr. Bernardo Rea Ruanova
Administrador de Riesgos Clínicos
Grupo Mexicano de Seguros.
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